Tras una complicada y larga etapa de cuarenta años de dictadura franquista. El fallecimiento del jefe de Estado, Francisco Franco daría lugar a una nueva etapa política y económica para España. A pesar de que en los últimos años de dictadura se comenzó a apreciar un cierto crecimiento económico que fue denominado como el milagro económico español gracias al turismo masivo, la emigración, la industrialización y la apertura de España al mundo del cual había estado aislado desde el fin de la Guerra Civil hasta la década de los sesenta, fue durante el período de transición política y sus primeros gobiernos cuando se asentó una economía estable.
El comienzo de la transición se vio frustrado por la crisis del petróleo de 1973 que golpeó la economía española que se transformaría en un preocupante crecimiento del paro y de la inflación del país. Para poder estabilizar esta situación dada por la crisis, se firmaron el 25 de octubre de 1977 los Pactos de la Moncloa, que fueron unas medidas tomadas para poder enfrentarse a los problemas económicos del país como el incremento de los salarios o la devaluación de la peseta.
Tras este momento y con el apoyo de la Constitución de 1978, la economía española comenzó una etapa de crecimiento económico gracias a la economía de mercado complementada por la intervención pública que llevaría al modelo conocido como Estado de Bienestar.
Los años posteriores fueron muy movidos respecto a la política pero se abandonó el aspecto económico hasta que en 1982, con la vigente entrada del gobierno socialista en el poder encabezado por Felipe González, se llevó a cabo un plan de estabilización económica caracterizado por el control de la inflación y de los salarios.
En 1986, España de la mano del partido socialista ingresaría en la Comunidad Económica Europea. Gracias al ingreso, se fortaleció el impulso económico que se venía dando y se vivió una época de crecimiento económico gracias al apoyo de la CEE también se vivió un crecimiento notable por parte de los servicios por parte del estado, tanto educativos como sanitarios. Aunque con el comienzo de la democracia ya pudimos apreciar el Estado de Bienestar, hasta este momento no se podía hablar de este como tal. España comenzaba la década de los noventa con dos acontecimientos internacionales que traerían riquezas al estado, la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, ambos en 1992. El país comenzaba a dar una imagen distinta a la ofrecida durante la época franquista. Parecía que este crecimiento no tenía fin hasta que llegó la recesión mundial en esta década que llevaría al país a una crisis económica ampliada por la mala gestión de los políticos que hizo que se disparara la inflación y el paro nacional llegaría hasta la barrera de los tres millones. Como consecuencia de estos sucesos y por la corrupción del partido socialista, se produjo un cambio de gobierno.
Este gobierno, tras los fracasos económicos de la anterior legislatura, promovió una política económica ortodoxa, que reactivaría la economía privada y redujera el déficit público. El fin de esta política era cumplir una serie de criterios fijados en el Tratado de Maastricht que harían que España se pudiera unir a la nueva moneda europea. Esta política fue todo un éxito, se cumplió todo lo especulado y haría que España se uniera al Euro en 1999.
El comienzo de la transición se vio frustrado por la crisis del petróleo de 1973 que golpeó la economía española que se transformaría en un preocupante crecimiento del paro y de la inflación del país. Para poder estabilizar esta situación dada por la crisis, se firmaron el 25 de octubre de 1977 los Pactos de la Moncloa, que fueron unas medidas tomadas para poder enfrentarse a los problemas económicos del país como el incremento de los salarios o la devaluación de la peseta.
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Tras este momento y con el apoyo de la Constitución de 1978, la economía española comenzó una etapa de crecimiento económico gracias a la economía de mercado complementada por la intervención pública que llevaría al modelo conocido como Estado de Bienestar.
Los años posteriores fueron muy movidos respecto a la política pero se abandonó el aspecto económico hasta que en 1982, con la vigente entrada del gobierno socialista en el poder encabezado por Felipe González, se llevó a cabo un plan de estabilización económica caracterizado por el control de la inflación y de los salarios.
En 1986, España de la mano del partido socialista ingresaría en la Comunidad Económica Europea. Gracias al ingreso, se fortaleció el impulso económico que se venía dando y se vivió una época de crecimiento económico gracias al apoyo de la CEE también se vivió un crecimiento notable por parte de los servicios por parte del estado, tanto educativos como sanitarios. Aunque con el comienzo de la democracia ya pudimos apreciar el Estado de Bienestar, hasta este momento no se podía hablar de este como tal. España comenzaba la década de los noventa con dos acontecimientos internacionales que traerían riquezas al estado, la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, ambos en 1992. El país comenzaba a dar una imagen distinta a la ofrecida durante la época franquista. Parecía que este crecimiento no tenía fin hasta que llegó la recesión mundial en esta década que llevaría al país a una crisis económica ampliada por la mala gestión de los políticos que hizo que se disparara la inflación y el paro nacional llegaría hasta la barrera de los tres millones. Como consecuencia de estos sucesos y por la corrupción del partido socialista, se produjo un cambio de gobierno.
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