Para poder entender a la actual Sudáfrica hay que tener en cuenta el fuerte papel de la colonización en los países africanos. A partir del siglo XVII los países europeos comenzaron a explorar nuevas tierras, entre las que se encuentra este país. Los portugueses fueron quienes lo colonizaron y exterminaron numerosas tribus. A estos les duró poco tiempo su colonia, que fue arrebatada por los Países Bajos que buscaban el control de lo que se conoce actualmente como Ciudad del Cabo. Se trataba de un sitio estratégico para el comercio.
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El principio del siglo XX fue la unión de cuatro de cuatro de las principales repúblicas del país que conformaría la Unión Sudafricana. En esta unión se le negó prácticamente todos los derechos a las personas de raza negra que precisamente eran los colonizados.
Tras finalizar la II Guerra Mundial con la derrota del bando fascista, se esperaba que los sudafricanos de raza negra obtuvieran la totalidad de derechos pero, ocurrió totalmente lo contrario. Comenzó un período de segregación racial, el denominado Apartheid.
El Apartheid fue un período en el que el sistema político sudafricano le daba privilegios a la minoría de raza blanca y discriminaba a la raza negra los cuales no tenían apenas derechos. Los descendientes de los colonos europeos crearon leyes para no perder los privilegios que habían tenido históricamente. La población negra no podía votar, tenían que vivir alejados de la población blanca, no podían tener relaciones con ellos, cobraban menos dinero o ,por ejemplo, en el caso de que fueran a la escuela irían a escuelas diferentes.
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Actualmente, la población negra es la mayoritaria. Aunque ya se eliminó el sistema del Apartheid, un porcentaje muy elevado de la raza negra sigue viviendo en miseria y el desempleo tiene una tasa muy elevada. A pesar de que se han formado organismos como el BEE, la minoría blanca sigue controlando la economía del país.
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